viernes, 25 de abril de 2014

Segundo día en Zacatecas

En el patio del Museo Zacatecano, que empezó medio lleno y terminó con todas las localidades ocupadas, el día de ayer leímos, cantamos, contamos y actuamos El ratón que corre y pasa.
Andrés Mario Ramírez Cuevas, ilustrador y diseñador del volumen, cumplió el papel de anfitrión; con el buen humor que lo ha hecho famoso entre propios y extraños, habló de los personajes que pueblan los libros de ideazapato.
Enseguida, el editor José Manuel Mateo comentó que El ratón que corre y pasa ofrece una versión de uno de los sones de la Tierra Caliente michoacana pero que perfectamente se puede leer como un cuento de nunca acabar. Acto seguido, ante el asombro de niñas, niños y adultos, comenzó a cantar los primeros versos del libro. Dos de las pequeñas asistentes dejaron atrás los rubores y pasaron a cantar también. Poco a poco la generalidad de los asistentes formó un improvisado pero alegre coro.
Luisa Aguilar tomó su turno para leer de la mano de un pequeño ratón y un gato animoso, cuyo rasgo en común consistía en unos preciosos ojos de botón. A cada lectura, Luisa aceleraba el ritmo y más asistentes se sumaban a la polifónica sesión.
Para cerrar, entregamos diez libros de regalo a quienes respondieron preguntas cuyo único fin era bromear y jugar.
¡Muchas gracias a todas las personas que nos acompañaron con tanto entusiasmo en Zacatecas!







jueves, 24 de abril de 2014

Primer día en Zacatecas

¡Qué bien la pasamos ayer en Zacatecas durante la presentación de La ardilla que soñó! Agradecemos a todos los asistentes el entusiasmo con el que fuimos recibidos Luisa, Marcos, Andrés y por supuesto la ardilla.

No olviden que hoy regresamos con el ratón, los esperamos.
 








miércoles, 23 de abril de 2014

¡Feliz día del libro!

A ideazapato todavía no ha llegado el dragón de cuya sangre nacen rosas. Lo que sí: varios animales fantásticos que gustan de escribir... con las patas, sí... pero eso no es sinónimo de escribir mal o de no escribir bien.

Y aunque ayer, anteayer y mañana, con sus mensajes pronostiquen mil males y desventura, el día de hoy sólo auguran diversión.

¡Feliz día del libro!




martes, 22 de abril de 2014

ideazapato se va a Zacatecas..., ¡con la ardilla y el ratón!

Miércoles 23 de abril / 13:00 / patio central del Museo Zacatecano 
Presentación de La ardilla que soñó
Con Marcos Núñez Núñez, Andrés Mario Ramírez y Luisa Aguilar

Jueves 24 de abril / 13:00 / patio central del Museo Zacatecano
Presentación de El ratón que corre y pasa
Con José Manuel Mateo, Andrés Mario Ramírez y Luisa Aguilar

¡Pasen la voz!




lunes, 14 de abril de 2014

El poema-discurso de Enrique González Rojo Arthur

Ilustración de Santiago Solís para la versión del texto de González Rojo publicada por ideazapato.

Enrique González Rojo Arthur no sólo compartió profesión e ideología con José Revueltas sino también una buena amistad. Cinco años después de la muerte del autor de Los muros del agua, González Rojo rindió homenaje a su compañero con un poema-discurso que recrea las palabras que José Revueltas dirigió a un grupo de perros callejeros muertos de hambre.

La obra, que ahora se une a la colección de ideazapato, fue publicada por primera vez en 1981 por la editorial Cuadernos Privados en un libro titulado Por los siglos de los siglos.

¿Cómo surgió Discurso de José Revueltas a los perros en el Parque Hundido?

En una ocasión, iba manejando hacia la Ciudad de México de regreso de alguna de las tareas políticas que teníamos en Zacatecas, cuando recordé la anécdota de que Pepe (así le llamábamos sus allegados) se había puesto a arengar desde un montículo del parque Luis G. Urbina de Insurgentes a una turbamulta de perros esmirriados. Claro está, presa de la pasión política de siempre. Al recordar la anécdota me embargó la risa y me puse a pensar qué le habría dicho a semejante auditorio. Al llegar al DF me puse a redactar este discurso, hijo desde luego de mi imaginación.

¿La anécdota te la explicó el mismo Revueltas?

No, me la relató Héctor Xavier, que además de un espléndido dibujante era un gran amigo de Pepe y fue precisamente quien lo acompañaba el día en que dio el discurso.

¿Cómo fueron los hechos?

Lo que ocurrió fue lo siguiente: José Revueltas y Héctor Xavier estaban conversando con un buen vino en el departamento de Revueltas en la calle de Holbein. En un momento dado, sintieron deseo de comer alguna cosa, buscar el aire fresco y despejar la mente. Abandonaron el edificio, entraron a una miscelánea que les salió al paso, compraron dos tortas y se encaminaron al Parque Hundido, donde dieron de pies a boca con varios perros dedicados a la sana tarea de vagabundear. José Revueltas, que no se encontraba muy interesado en su torta, empezó a desmenuzarla y a tirar varios mendrugos a los perros. Estos fueron concentrándose alrededor de un montículo al que subieron Pepe y Héctor Xavier. Pepe se quedó viendo al público que tenía a sus pies, le vino la inspiración y, recordando no sé si a Demóstenes o a Trotsky, soltó el discurso. Yo creo que fue un discurso muy en los carriles de la elocuencia pero, sin embargo, el único que conservamos es de mi propia cosecha.

¿El poema transmite rasgos de la personalidad o la forma de expresarse de José Revueltas?

Como tuve la fortuna de conocer a Pepe muy de cerca, de vislumbrar su modo de ser y de estar al tanto de su manera de hablar y de pensar, pude proyectar en el poema-discurso muchas expresiones, deseos e inquietudes de José Revueltas. Versos como “Ah mis pinches / mis bonitos perros / ¿qué pasó con la táctica? / ¿dónde sus olfateos de dialéctica?” son frases que podrían haber salido de sus labios sin dificultad. El verso “[hay que] darle existencia histórica a sus fauces” hace alusión a la tesis “La inexistencia histórica del PCM”, que es el núcleo fundamental de Ensayo sobre un proletariado sin cabeza. En el fragmento que dice: “Yo lo he soñado así. / En mi puño mi fuero interno mis lágrimas clandestinas / yo he pensado que llegará un día”, muestro, me parece, el carácter y los deseos profundos de Revueltas.

El lector del poema, ¿termina conociendo más a José Revueltas o a Enrique González Rojo?

Yo diría que, en diferente proporción, a los dos. El discurso está redactado por González Rojo, que no sólo se fuerza por interpretar y transcribir la posición política libertaria de Pepe sino que, sin pretenderlo, se autodefine con los ideales de su amigo y camarada. El desenlace, además, es muy mío, pero no se riñe con la manera irónica de ver las cosas de José.

¿El discurso puede considerarse vigente en la actualidad o ya tiene valor histórico?

No sé. Lo que sí puedo decir es que se trata de un poema o un discurso en que Revueltas y su intérprete ponen el dedo en una de las llagas más visibles y lamentables del México de ayer y de hoy: el triunfo del individualismo, la apatía o la indiferencia en muchos de “los de abajo” sobre la conciencia de clase y la voluntad de lucha.

¿En qué tipo de poesía encajaría Discurso de José Revueltas a los perros en el Parque Hundido?

En la nota que viene al final del libro se dice, con toda razón, que Discurso de José Revueltas a los perros en el Parque Hundido se inscribe en una larga tradición narrativa que consiste en predicar mediante relatos en espacios públicos. Como hicieron San Antonio de Padua a los peces y San Francisco de Asís a los pájaros, lo hizo José Revueltas a los perros, de un modo secular y profano, en algo que podríamos llamar una alegoría poética contemporánea.

Y dentro de la obra completa de Enrique González Rojo, ¿qué lugar ocupa el poema?

Ocupa un lugar especial porque es el único poema-discurso que he escrito, aunque en general he trabajado géneros deliveradamente híbridos. Y no me cabe la menor duda de que sí se halla relacionado con esa amplia área de mi producción que une la política de avanzada con la ironía. El desenlace del texto es una clara manifestación de ello.


viernes, 11 de abril de 2014

Muralismo e influencias de grabado en La jícara y la sirena

Entrevista a Ezekiel, autor de las ilustraciones de La jícara y la sirena




Con una sola pluma y sobre papel de laboratorio caducado, el queretano Ezekiel realizó las ilustraciones a las que después daría color en digital para el que ha sido su primer libro, La jícara y la sirena.

Aunque nunca ha dejado de dibujar, su trayectoria profesional ha ido más del lado del grafiti y el muralismo, ámbitos en los que, desde proyectos colectivos, trabaja en dar más importancia al contenido de las obras y no sólo a la técnica.

En el conjunto de su obra, el artista visual reconoce la influencia que ha tenido la obra del grabador mexicano Manuel Manilla, antecesor de José Guadalupe Posada.

“Sus ilustraciones me gustan mucho porque hablan de un México que no conocí, de entre 1700 y 1800. A mí, todas las ilustraciones que remontan al pasado me intrigan demasiado y me llaman mucho la atención. Creo que en todo mi trabajo, como pintor y como ilustrador, siempre he tratado de dar esa sensación como de viejito. Lo viejito no sé qué me da, pero me gusta”.

Fiel a su estilo, Ezekiel comenta que trató de remontarse a su infancia y recordar los libros que le gustaban. Reconoce que algunos de los relatos fueron difíciles de ilustrar; sin embargo, explica que trató de tomar los símbolos más representativos sin dejar de apegarse a la narrativa. “Y empecé a hacer trazos y más trazos y empezó a salir”.

¿Cómo realizaste estos trazos?

Con un tipo de pluma, como un bolígrafo, sobre un papel de laboratorio que encontré en una bodega. Trabajaba en una bodega de medicamentos y había montones de papel de laboratorio que caducó, quedó obsoleto, y pedí que me lo vendieran. Ahora tengo mucho papel y es sobre él que trabajo. Dibujo con pluma y ya que tengo todo el dibujo, lo paso al digital y en digital lo coloreo.

Cuando me pasaron el texto y lo leí, me di cuenta de que no es la historia bonita en que gana el príncipe. Más bien es una historia de terror. Me acuerdo, cuando yo era niño, que iba a visitar a familiares que vivían fuera de la ciudad, y ahí se suelen contar mucho este tipo de historias. Y cuando eres niño, quizá no es terror pero hay algo enigmático que te pone medio nervioso. Entonces, según yo, mis ilustraciones, por el tipo de trazo o por el estilo o por la atmósfera que quiero desarrollar, quedaban con la historia.

La jícara y la sirena fue tu primer libro como ilustrador, ¿qué destacarías de la experiencia?


Me sentí muy contento por haber trabajado en él pero la verdad es que era novato en esto. Creo que este libro, como fue el primero, fue un primer ejercicio dentro del sector, pero claro que ya estoy pensando cómo va a ser el siguiente. Con un amigo solemos hacer pruebas: él escribe y desarrolla historias y yo trato de ilustrarlas. A la próxima oportunidad que tenga, quizá voy a seguir con el mismo estilo pero a la vez voy a tratar de pasar este primer libro.

¿Cómo se dio tu entrada en el sector editorial?


Toda la vida he dibujado, desde niño. Por la secundaria empecé a agarrar esta onda de pintar grafiti; luego entré a la universidad, fui adquiriendo conocimientos más universales del arte y empecé a hacer murales. Y de ahí empezaron a salir proyectos muy buenos. Pero en realidad, siempre he dibujado. Por eso un día decidí ir a México, a una revisión de portafolio. Quería saber qué pensaba la gente de mi trabajo a nivel ilustración.

Entonces, fui a la revisión de portafolios pensando en conseguir algún trabajo pero una vez allí sólo me dijeron que estaba interesante y que muchas gracias. Y yo me quedé: “¿Y ahora qué?”. Pero finalmente, más adelante, me hablaron para el libro, que fue mi primer trabajo grande de ilustración. Y me siento bien.

Tuviste que trasladarte a México para presentar tu trabajo.

La verdad es que a Querétaro todavía no llegan este tipo de trabajos. De hecho, es difícil que alguien de fuera del DF tenga trabajos así. Pero Querétaro es como la extensión del DF, está creciendo mucho y todo se está desahogando aquí. Creo que este movimiento social que ocurre es una razón por la cual yo tuve este trabajo.

¿No has tenido este tipo de dificultades como muralista?

Yo trabajo con un equipo de cinco personas que hacemos un festival aquí en Querétaro de artes visuales, sobre todo muralismo y grafiti, y a veces nos cuesta. Cuando invitamos a artistas internacionales, no tienen ni la menor idea de dónde está Querétaro. De México sólo conocen el DF y los lugares turísticos. Sí, todo está muy centralizado y no hay las mismas oportunidades para todos. Por eso, parte de nuestra ética al hacer el festival aquí, en Querétaro, es que tenemos que impulsar el arte local y por esto tratamos de invitar a los artistas de aquí, que por cierto son muchos.

¿Ya había una tradición artística en Querétaro o la incentivó el festival?

Ya existía pero creo que sí se ha notado la presencia del festival.

En el conjunto de tu obra, ¿deberíamos destacar el mural o el grafiti?

Hago cuando se puede y donde se debe. A veces voy a baldíos y lugares así donde puedo hacer grafiti. Y en lugares más públicos hago los murales, a los que trato de meterle más contenido.

En un país con el pasado que tiene México, ¿cómo ve la situación un muralista actual?

Nosotros estamos bastante ocupados en el contenido. Ya sabemos que en México hay buenos pintores técnicamente y también que hay una tradición atrás muy grande del muralismo que conlleva muchas influencias. Pero estamos preocupados por el contenido, porque hay muy pocas personas que en realidad se preocupan por esto. Ahora, todo es muy mediático e inmediato; sólo es sólo el hecho de que pintes bonito y se acabó.

Por esto mismo insisto mucho en las técnicas de trabajo en equipo, colectivas, para que se empiece a formar un contenido que permita decir que en México vuelven a hacerse buenos murales.

[una muestra de trabajos de Ezekiel: http://jajajatraumwerk.blogspot.mx/]